¿Cómo perdí el miedo y me dejé ir en tobogán?

Diseño/ diciembre 11, 2018/ Conectando Contigo/ 0 comments

Sigo pensando en qué momento en este 2018 perdí el miedo y me aventé en definitiva con paracaídas, pero sin saber siquiera a dónde llegaría.

A finales del 2017 la vida me colocó en una situación muy particular de poder ayudar a alguien que amo a través de la alimentación. Y ahí comenzó la aventura de cambiar el rumbo de Mi Buen Comer, para ser una escuela en que nos aventuráramos a elegir el mundo del control de carbohidratos BAJOS. Veníamos de ser una escuela que enseñaba una alimentación incluyente, con MUCHOS MÁS carbohidratos; pero yo sabía que, si quería que mi comunidad sanara, lograra sus metas, no podía seguir en ese camino.


En ese cambio hubo mucha gente que permaneció confiando, otros se fueron porque les asustó el cambio o no era para ellos… y MUCHOS más fueron llegando.


Y así como eso, vino la transformación de Tribu de Almas, después de tener una gran y larga preparación en Curso de Milagros, no contaba con el valor para hablar de Dios a través de ese programa. No quería ser juzgada, etiquetada, que la gente dijera que ya era “catequesis”. Recuerdo perfecto esa mañana de domingo cuando, al término de nuestra clase de kundalini yoga, no paraba de oir, “Da Curso de Milagros”, “Da Curso de Milagros”, “Da Curso de Milagros”, así que en ese momento me paré de mi tapete, traje mi libro y comenzó una maravillosa historia de amor y transformación en mis alumnas y en mí.


Para estos dos grandes cambios en mi vida, me abracé de:

  • Mi fe, de saber qué era lo que yo quería hacer y qué podía hacer
  • Me preparé muchísimo, he tomado certificación tras certificación, leído libro tras libro, experimentado y vivido.

Y hoy sé que los grandes cambios nacen de esa LUZ que todos tenemos dentro, de esa llama que se le llama “Mi función”, eso que nos hace ser absolutamente felices, eso que no importa las horas que le dediques, siempre terminarás con una gran sonrisa de satisfacción y amor.

Hoy puedo decir que encontré a mis dos amores, a mi naranja completa. En el aspecto laboral, mi parte física se llena de alimentación baja / moderada en carbohidratos, en entender y cuidar de mis mitocondrias, de ver cómo tengo la capacidad de utilizar mi grasa como combustible, cómo ya no hay nada que me detenga a mí y a mis alumnas para bajar de peso. Hoy sé, lo he vivido, lo han vivido mis alumnas: todo es posible.

Y en el lado espiritual, hoy más que nunca sé que no puedo vivir sin hacer mi conexión con el Creador, Guía Divina, Espíritu Santo, Ente de Amor, o como tú le quieras llamar. Cada día, a la misma hora, en el mismo lugar, tenemos esa cita de amor, donde encuentro todas las respuestas, donde he perdido uno a uno mis miedos, donde me he vuelto más valiente que nadie, donde mañana tras mañana pido que todo lo que no me hace feliz se vaya, que yo sea capaz de ver a todos los que me rodean y a las situaciones que me rodean con amor.

Puedes pensar que mi año 2018 ha sido miel sobre hojuelas y puedo decirte que ha sido un año de grandes satisfacciones, pero de muchos RETOS, donde todos los días he tenido que poner al amor mil y un veces antes de hablar, decir algo. He dejado ir a gente cercana por amor, he recibido a gente a mi vida con más amor, me he hincado de agradecimiento por los milagros que experimento todos los días en mi vida… y lo único que te puedo decir, es que es por una perfecta y mágica alineación entre mi Creador y yo.

Dejé de pedir, como cuando en la vieja escuela de manifestación me enseñaron, y me he dedicado a dar, a dar y solo veo cómo los milagros llegan, la magia se acerca y cada día me descubro más en mi poder.


¿Qué requiere el éxito en estos dos mundos, tan unidos por una línea invisible?

  • Disciplina en tu proceso
  • Amor, mucho amor contigo
  • FE, toneladas de FE, en que esto que estás sembrando dará frutos en SU momento
  • Rendición total, no puedes experimentar milagros desde la manipulación
  • Levantarte mil veces con la vista al frente, de que una caída no te hace menos, sino al contrario, te da todo para seguir caminando en la dirección correcta.
  • Hablar claro, contigo mismo, con el mundo y con El Creador

¿Se puede vivir en paz?

¿Se puede vivir feliz, aún en los momentos difíciles?

¿Puedo crear milagros?

¿Qué me hace falta para vivir así? SOLTAR TODO, dejar todas las expectativas, tiempos, fechas, requerimientos y simplemente disponerte a través el camino por subidas, por bajadas, con total y absoluta FE de que lo estás haciendo siempre será para tu mayor y más alto bien y de quienes te rodean.


Con amor,

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