Marisa Vargas

Diseño/ noviembre 21, 2018/ Testimonios/ 0 comments

Pareciera ser otra persona. De hecho si puedo decir que soy otra y que como el primer programa de Mi Buen Comer de este año “Recuperé mi poder femenino”.


¿Kilos? Solo son 14. Lo que importa es la salud ganada, el ánimo, el saber que si se puede. El aprender a comer delicioso, sin culpa, sintiéndome con toda la energía, aprender que algunos alimentos me hacen daño y elijo no comerlos.


En un inicio pensé que si lograba bajar unos 3 o 4 kilos estaría bien. No creía ser capaz de más, y no porque no quisiera, pero había hecho mil dietas y hacía ejercicio como si no hubiera un mañana y no bajaba. Me había puesto a pensar que eran mis hormonas.

Yo empecé a seguir a Mi Buen Comer buscando alternativas de alimentación sana para mi esposo que tuvo cáncer. Y como en la mayoría de los casos, mi última prioridad era yo. Así que me conformaba con las recetas de regalo del grupo de amigos de mi buen comer, hasta que hace más o menos un año, se anunció el programa de Ámate Primero.


Fue una hermosa sacudida, porque después de eso quedé como calcetín recién volteado. Tenía que hacer algo por mí, y fue como decidí entrar al primer programa.


La historia de este año se convirtió en una emoción por lo que tocaba comer cada día, incluso por la familia, porque decidí que no iba a cocinar cosas diferentes y que todos en casa merecemos ser salud y Samia Cruz me dio indicaciones para mi esposo e hija menor que aún vive en casa.

Los cambios fueron poco a poco. Soy enemiga de la báscula y nunca llevé un récord de mis logros, pero esa preciosa sensación de que la ropa va quedando flojita, de que te sientes estupenda y de que lo proyectas y todos lo notan es insuperable.

¿Alguna vez me salí del plan? Si, y pagué las consecuencias sintiéndome inflamada, cansada y nuevamente con ansiedad. Pero aprendí que puedo controlarme y ya no muero por una rebanada de pastel porque sé que no la necesito, cuando antes pensaba que si no la comía me moría.

Gracias Samia Cruz por tu puntual y amoroso acompañamiento.


Ahora viene la etapa más importante: la estabilización y mantenimiento . Aquí seguiré porque no quiero perder lo ganado. Porque quiero seguir aprendiendo a quererme y querer a los míos.

Share this Post

Leave a Comment