Síndrome de “Voy Llegando”…
¿Te ha pasado?
¿Te suena familiar?
¿Lo conoces?
Mmmhhh, yo creo que sí, deja te platico de que se trata…
Vienes muy bien en tu alimentación, ya vas llegando a tu meta, la gente te dice “qué bien te ves”, te preguntan qué has estado haciendo, algún metiche participativo comienza con sugerencias de que ya no bajes tanto, ya estás bien así, eres muy exigente contigo misma, esto ya no se ve saludable… y tú caes redondita, ¡LES CREES A TODOS y te olvidas de ti misma!
Y en ese momento el síndrome de “voy llegando” entra en acción…
Comienzas con los permisos de una copita por aquí, un pastelito por allá, una pellizcadita por aquí, dos tortillitas por acá.
Y seguimos con el “me lo merezco”, “ya puedo darme un lujito”, “mañana juro que regreso al orden”, “solo por hoy”.
Y este síndrome de voy llegando es TERRIBLE. Es tan poderoso que tiene la fuerza de acabar con tu motivación. Destruye todo buen camino, debilita tu fuerza de voluntad peor que la kriptonita de Superman, te nubla la visión y te aleja de tus objetivos.
Si esto te está pasando, DETENTE... Dale la vuelta, cambia tu actitud, reconoce que AUN NO HAS LLEGADO y si no has llegado, significa que todavía tienes mucho camino por avanzar.
Antídoto para superar el síndrome de voy llegando:
No escuches a los que te dicen “DETENTE”. Pregúntate a ti misma si en verdad te quieres detener.
Reconoce qué es lo que SÍ te ha funcionado y no quieras cambiar la receta en el último momento, porque seguro te llevarás grandes frustraciones
Aprende a escuchar a tu cuerpo, ¿qué necesita? ¿qué le hace falta? ¿cómo se siente más contento?
Reevalúa tus metas de acuerdo con tus propias prioridades y deseos
Sube la vara. Si ya estás llegando, es momento de poner otro objetivo más retador
No permitas que otros roben tus sueños, solo porque ellos no han podido alcanzar los suyos
Di no al síndrome de voy llegando
El camino del éxito se trata de recorrerlo todos los días con amor, con pasión, con mucha fe y con mucha convicción.
Con amor,