5 de Enero 2019
Enero 05
La mujer que estabas destinada a ser.
¿Te ha sucedido esto a ti? Te estás lavando la cara y, de repente, no reconoces a la mujer que te está mirando. “¿Quién es ésta?” le preguntas al espejo en la pared. Sin respuesta. Ella parece vagamente familiar, pero se parece poco a la mujer que esperabas ver ahí. Los psicólogos llaman a este fenómeno un “desplazamiento de sí mismo”, y generalmente ocurre en momentos de gran estrés (lo que, para muchos de nosotros, es algo cotidiano).
Pero ¿qué pasa?, ¿qué es esta tristeza que no podemos nombrar? Aquí hay una pregunta que merece una meditación amorosa. Quizás el corazón de nuestra melancolía es que echamos de menos a la mujer que debíamos ser. Extrañamos nuestro auténtico ser. Pero la buena noticia es que, incluso si la has ignorado por décadas (“vístete de rojo… córtate el pelo… estudia arte en París… aprende el tango…”), tu auténtico yo no te ha abandonado. En cambio, ella ha estado pacientemente esperando a que la reconozcas y te reconectes. Aléjate del mundo este año y comienza a escuchar. Escucha los susurros de tu corazón. Mira adentro. Tu compañero silencioso ha encendido faroles de amor para iluminar el camino a la totalidad. Por fin, el viaje que estabas destinado a tomar, ha comenzado.
(Inspirado en: Simple Abundance: A Daybook of Comfort and Joy, Sarah Ban Breathnach. 1995, Editorial Grand Central Publishing)