Voluntad

Samia Cruz/ febrero 21, 2015/ Blog, Sin categoría, Tocho morocho/ 0 comments

shutterstock_245387734

Entre las muchas definiciones o alternativas de definición que presenta la RAE acerca de la voluntad, encontré lo siguiente “1. f. Facultad de decidir y ordenar la propia conducta.”

Pudiera sonar a una definición sencilla pero, vaya que la voluntad va más allá de “decidir y ordenar nuestra propia conducta” ¿qué difícil verdad? Si tantas veces no somos capaces de mantener ordenada una habitación, qué de menos ordenar nuestra propia vida, ponerle prioridades a las cosas que nos importan, dejar de darles gusto a otros por cosas que ni siquiera nos interesan a nosotros, cambiar el camino de nuestra vida por complacer a los demás.

No sé si les ha pasado pero, cuando comienzan una aventura de salud, en el camino se encuentran todo tipo de cuestionamientos acerca de lo que estás haciendo y es como si muchos se juntaran para quebrantar tu voluntad. Y tantas veces caemos y le damos el derecho a otros de venir a decidir en nuestras vidas. O, peor aún, de venir a ordenar nuestra propia conducta. ¡Uff!, que fuerte ¿no?

Te voy a poner algunos ejemplos, en el camino saludable:

“Anda prueba esto, una probadita y no pasa nada”

“No seas tan rígida con tus decisiones, vida solo hay una, disfruta”

“No entrenes hoy, duerme, no pasa nada, entrenaste toda la semana. MERECES descansar”

Revisas tu peso y te das cuenta que bajaste y te salen con “ahora vamos a festejar con comida, ya el lunes regresas al régimen de nuevo”.

“No inviertas en un coach, entrenador, doctor. Tú sabes hacerlo, ¿para qué necesitas ayuda?

Y así, miles de ruidos en la comunicación que tenemos con otros, que nos llevan muchas veces a cederles ese derecho de regir nuestra voluntad.

Carambas, solo yo sé lo que me ha costado llegar a dónde estoy. Solo yo sé lo que implica comer de cierta forma. Solo yo sé lo cansando que es muchas veces entrenar en gimnasio y luego irme a correr. Solo yo sé lo que siento cuando veo comer a los demás cosas que YO decidí no comer.

Pero así como solo yo sé, siento esa parte dolorosa.

También solo yo soy la única que disfruta cuando me veo en el espejo con mayor aceptación y gusto por mi cuerpo. Soy la única que se sonroja cuando esos pantalones que no me quedaban ahora me bailan. Soy la que vive en ese cuerpo que ha cada zancada respira, triunfa, vuelve a vivir. Soy la única que sabe a dónde quiero llegar y en dónde quiero parar.

No le dejes el poder a NADIE, llámese papás, esposo, esposa, hijos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, que quebranten tu voluntad, que cambien el camino que tú decidiste tomar, que manejen tu vida. Porque si no pueden manejar su vida, ¿Por qué habrían de tener derecho a manejar la tuya?

Con amor,

Samia

[facebook] [retweet][twitter name=”name”][/retweet]
Share this Post

Leave a Comment