¿Por qué amo con locura y pasión los tés?

Samia Cruz/ diciembre 17, 2014/ Blog/ 0 comments

Para mí un buen té es:

  • Un abrazo al cuerpo.
  • Una caricia.
  • Un apapacho en el día.
  • Un “todo está bien”.
  • Un “Sí puedes”.
  • Un “no pasa nada”.
  • Un buen postre.
  • Una tarde de relajación.
  • Un momento de paz antes de dormir.
  • Y miles de cosas más…

Yo no tomo café. Puedo darle unas probaditas allá cada mil días,  pero el café no está incluido en mi alimentación (luego les contaré por qué no lo recomiendo).

Yo tomo dos cosas todo el día: agua simple y tés o infusiones. Tengo una amplia colección de tés o infusiones en casa, que van desde los más sencillos como la manzanilla, hierbabuena, menta, limón, canela, jamaica, anís con manzanilla; hasta otros un poco más exquisitos como los frutales, el oolong, té verde, rojo, hinojo, diente de león, chai, etc.

Y justo dependiendo mi humor, es el té que me tomo. Si necesito algo que caliente más a mi cuerpo busco un chai, uno de canela, uno que traiga cardamomo por ejemplo. Si necesito como aligerar mi digestión tomo a la socorrida manzanilla, hierbabuena, anis, menta.  Cuando ando en mis días y siento que estoy reteniendo líquidos puedo tomar de jamaica o diente de león.

La mayoría de las veces no los endulzo, pero cuando tengo un antojo desmedido por algo de postre gordo y estoy lejos del día de mi comida de disfrute, siempre me salva un té. En esas ocasiones le pongo stevia y un chorrito de leche de almendra y, sin más ni más, el antojo se va y yo regreso a mi calma, a mi centro.

Recuerdo cuando vivía en Canadá y practicaba Kundalini Yoga, siempre al terminar la práctica nos esperaba una jarrita de té especiado con unas galletitas. Mmmm, ¡que recuerdos!, seguramente las galletitas no eran nada ligeras, a pero cómo me sabían de bien.

Así que en estas épocas en las que sentimos frío, en las que se nos antojan más las cosas con carbohidratos, en las que las tentaciones están a la orden del día, en las que es más difícil apegarte a tu plan de alimentación, toma un té. Son un salvavidas seguro de situaciones peligrosas y te llenan ese vacío del estomago y te abrazan el alma.

Con amor,

Samia

 

PD. Siempre cargo con varios tés en mi bolsa de salvación, junto con stevia. 🙂

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