Escúchate a tí misma

Samia Cruz/ agosto 11, 2015/ Blog, Confesiones, Salud, Sin categoría, Tocho morocho/ 0 comments

lo-que-estoy-buscando-no-esta-alla-afuera-esta-dentro-de-mi

Cuantas veces no vivimos cambiando de dieta, de entrenador, de ejercicio, de hobbie, de actividad, de forma de alimentación. Y no lo digo en el tema de la diversidad, sino en el tema de “eso no me funcionó” y la constancia se va como por arte de magia.

Y la verdad es que eso, lo único que nos dice, es que no nos hemos dado el tiempo de buscar la respuesta real a lo que SÍ nos funciona y lo que no. En que no podemos tratar de vivir en las modas impuestas por la sociedad y por las tendencias que van cambiando con los años. Uno tiene que encontrar lo que le funciona, lo que le hace bien y lo que le acomoda.

Te voy a contar un descubrimiento mío. Yo me aferré a que quería ser 100% crudi-vegana, porque estoy convencida por teoría que es un estilo de alimentación PERFECTO, ideal, saludable. Pero ¿qué crees? a mí, Samia Cruz, no me funciona. Empiezo a subir de peso, mi cuerpo no lo acepta, mi masa muscular empieza a bajar así tome proteína vegana.

Así que me di a la tarea de escuchar a mi cuerpo, entonces decidí que le regresaría la proteína animal ¿y qué paso? también la rechazó. Empecé con problemas intestinales, mis intestinos estaban hechos locos, me sentía y estaba absolutamente inflamada, lenta, de mal humor.

Seguí escuchándome, observándome y llegué a la conclusión que yo funciono con “ni tanto que queme al Santo, ni tanto que no lo alumbre” lo que es igual a: yo necesito poquita proteína animal en mi día, no más de 80 gr, y con eso funciono perfecto. Puedo seguir comiendo fruta, verdura, semillas. La proteína que mi cuerpo agradece es el pescado y con ese es feliz.

Y ese descubrimiento lo encontré tomándome el tiempo de ver hacia a mí, de poner atención a lo que mi cuerpo quiere y de no aferrarme a pertenecer a un grupo que se alimenta de cierta manera por decir “yo soy así”.

Al tomarme el tiempo de conocerme sin juzgarme, sin reprocharme esos dos kilos que había aumentado y, mejor aún, detenerme a observar qué me quería decir mi cuerpo. En ese momento, ¡pum!, vino el descubrimiento y supe qué debía hacer y qué hilos debía jalar.

Regresé a sentirme ligera, despierta, sin inflamación y mi peso donde debe estar.

Y te vuelvo a decir, este camino saludable es un camino de subidas, bajadas, preguntas, respuestas pero todas dentro de ti. Puedes apoyarte en lo demás, pero la única que te conoce al 100 eres tú.

Date el tiempo, el amor y la comprensión necesaria para encontrar en ti todas las respuestas que buscas en el más allá.

¡Feliz día!

[facebook] [retweet][twitter name=”name”][/retweet]
Share this Post

Leave a Comment